miércoles, 26 de junio de 2013

Cuando tenía 12 años me di cuenta que podía escribir algo, que pueda entenderse y bueno, empezaré con una de las muchas novelas cortas que quisiera la valoren, como novelas de un novato. Soy un tipo que vive la vida aceleradamente y tomo de la vida real historias que le suceden a mis amigos o a gente que conozco a la distancia.
Sin más detalles que dar les presento  una de las más polémicas que tengo
  “MI MAYOR…PECADO DEL MUNDO”
CAP1
Allí en medio de su soledad, con un lapicero en la mano se hallaba aquél joven obrero. No dejaba de buscar la dirección en donde iría a trabajar muy pronto.
No era tan alto ni tampoco bajo, se podría decir que encajaba con los requisitos mínimos para ser un agente de seguridad.
Su aspecto de seguro contrastaba con su humilde vestir. No tenía dinero por lo visto.
A dos cuadras del lugar un oficial de la policía bajaba de la patrulla policial y se dirigía hasta donde el bien plantado obrero se disponía a ingresar.
Fue casi en simultáneo que sucedieron las cosas. Al abrirse la reja de seguridad que llevaba hacia la puerta principal, ambos se toparon de casualidad pero sin prestarse atención en absoluto. Se  veían muy preocupados y apresurados
-¿Es UD Max Segovia?- preguntó una esbelta secretaria que recorrió de pies a cabeza al visitante
Por toda respuesta el movió la cabeza  en acción negativa. Fue entonces que el agente policial se presentó con premura
_Vine por el puesto de instructor-
Ambos cruzaron mirada instantáneamente
-Igual yo- dijo quedamente el  joven postulante
-Lo siento mucho… sólo tenemos un solo puesto, llegó tarde por unos minutos- y ella  sonrió coquetamente
-Pero…-
-Por lo visto hoy no es tu día –agregó burlonamente el oficial
Salió del lugar tal como llegó con el lapicero entre sus manos y pensando que hacer.
Recordaba sus años mozos cuando era estudiante de un prestigioso instituto y de los momentos tan duros que pasó para terminar su carrera de técnico en computación pero ahora  estaba en nada
Ya se aprestaba a cruzar la avenida  cuando  desde la patrulla le pasaron la voz
-Eh tú, ven acá_
Apenas lo pensó pero de inmediato se acercó hasta la ventanilla de la camioneta 4x4 de la policía
-buenas jefe, para qué soy bueno-
-Eso mismo me pregunto yo, ¿no es así Matías?- lo decía viendo a su copiloto
-Sabes huevón estás en una zona prohibida- le dijo desafiante el que iba al volante
-Así que, vamos dame tus documentos-
Ya iba a entregar su DNI cuando apareció el susodicho oficial que bien conocía.
-Ah eres tú, y vamos tigre ¿que pasa aquí?-
-No sé mi jefe sólo me retiraba de este lugar pero…-
 Lo dejaron  sin completar la oración y partieron del lugar
Quedó muy pensativo y se marchó del lugar
Con su metro 72, no pasaba desapercibido para nadie, al margen de su vestimenta muy conservadora, con un jeans azules clásico zapatillas deportivas y polo camisero gris.
Al rato de estar en el parque de al frente, la vio pasar, era muy hermosa, de ojos color caramelo, de larga cabellera negra, y con un vestido sastre color verde nilo.
Tragó saliva y levantó la cabeza para observarla desde la banca donde se encontraba.
En el preciso momento que la iba a abordar, se presentó el susodicho por tercera vez.
-¡Que buena pareja que hacen!- se escuchó decir de una señora que transitaba por la acera.
-¡Mierda!- se dijo con coraje, para sus adentros
-¡Claro el muy blanquiñoso, lo tiene todo… porquería de vida… pero esto tiene que cambiar!
-¿pasa algo choche?- le tomó del hombro aquel oficial de buen parecer. Si era cierto por ahora su vestir era fuera de serie. Un saco de  dralón con pantalón de la misma materia color azul marino que combinaba con sus anteojos cristalinos y zapatos negros. Ella sonrió  y le preguntó
-¿Tú eres el postulante, verdad?-
Por toda respuesta, el optó por retirarse, y dejarlos a solas. Ella se le acercó siempre al lado de su pareja.
-¿Por qué eres tan huraño?, unos detalles mínimos y eres uno de los nuestros
-¿Cómo dijo?- extrañado inquirió tratando de entenderla
-¿No te parece atractivo, mi vida?- lo decía tomando del brazo del agente policial. El asintió con una sonrisa de oreja a oreja
_Toma, es el teléfono de nuestra agencia-tomó aquella tarjeta con rapidez supersónica y agradeció con una venia
Alas pocos minutos se halaba en las duchas de un  ostentoso departamento.
No era un sueño ni un espejismo, era todo real, a su lado ella le sonreía encandilada con su porte de macho latino. No conocían ni su nombre pero a quién le importaba ese detalle si lo más importante para ella era tenerlo cerca de ella
-Estuviste fenomenal… no volverás a trabajar más en los suburbios- lo enfatizó como si fuera su dueña absoluta
Ella le quitó la toalla de su cintura y pudo observarlo por enésima vez. Aquél tipo era pura fibra, hecha a base de trabajo como constructor civil, su cuerpo bronceado por el sol traslucía potencia extrema
Ya iban a continuar con un encuentro más cuando sonó el timbre insistentemente
Al rato lo vio al frente del umbral. Su metro 75 se alzaba ante la hermosa jovencita que le estampó un apasionado beso
-¿y que tal?-¿Todo bien?-
-Todo lo tengo filmado- lo dijo al oído de su consorte
-hola, traje comida, espero que me hayas cuidado a mi amante, como te lo pedí- y sonrió abiertamente mientras trataba de no perderse ningún detalle físico del invitado
-Debo, irme a casa, y bueno  pensaré su propuesta-
-¿Cómo que pensarlo?- ya estás dentro, tu vales mucho tigre mírate nomás huevón, serías un reverendo idiota  si pierdes esta oportunidad. Yo en tu lugar y con ese cuerpo ya estaría ganando dinero a raudales
-Yo no soy gigoló jefe soy un obrero que trabaja duro. Solo quiero trabajar el sexo es muy buen pasatiempo, pero no es mi estilo de trabajo-
El oficial se le acercó pidiendo que ella se retire a otra estancia
-Mira putito, aquí tú obedeces, sino te jodes, ¿entendido?
No esperó ni un segundo para reaccionar como un animal acorralado y eso tarde lo supo aquél policía. Su cuerpo rodó sobre el parquet, y casi sin poder hablar se cubría el rostro
-Mira pendejo, soy de barrio huevón de mierda, que me haga el baboso, es mi problema, ahora dame la lana que me ofreciste, sino cago aquí mismo-
Y lo decía con mucha furia en sus ojos, quería destruirlo, casi fulminarlo. Lo tomó de las muñecas y le respiró en la cara desafiando su grado militar
-Sabes blanquito no estás nada mal, un día de estos me confundo y te hago el favor, se como me miras huevón y se de que pie cojeas, así que ni una palabra de esto ¿ok?-
Salió muy seguro de sí. Adentro el oficial maldecía el momento vivido, mientras ella le curaba sus heridas. Lo abrazó y pudo observarse en su rostro una sonrisa maquiavélica
CAP2
Llegó a su casa, muy agotado y después de tres días de ausencia. Su madre se le aproximó y trató de averiguar en qué problemas estaba, ya que alguien de la inspectoría había llamado.
-Vamos hijo, dime que tienes que ver con la policía-
-No es nada má, se habrán confundido, esto que miras, (sacando un fajo de billetes), es para ti-
Dejó el dinero sobre la mesa y luego se fue a su cuarto. Del bolsillo de su casaca de cuero, regalo de la susodicha, sacó aquél la libreta. La observó detenidamente y sonrió para sus adentros
Al rato hacía una llamada y  luego salió a la calle. Por lo general no era de amigos, menos de estar en las esquinas pero se trataba de un  tipo rudo de trabajo diario, así que mientras saludaba a sus vecinos se dirigió a casa de su vecina donde antes había trabajado
-Hola Max, que gusto de verte, tu sabes que no hay trabajo-
-no es eso doñita sólo vine a pagarle el dinero que le debía-
Su vecina se le quedó mirando extrañada, pero recibió de buena gana el pago de la deuda
Recordó que ese dinero había sido para la medicina de su padre el cual vivía al sur de Lima, con sus demás hermanos. Eran en total 3 hermanos dos varones y una mujer todos ya mayores de edad.
Al volver hacia su casa vio estacionado un auto de lujo, sobre el capot apoyado estaba él, su sombra.
-Carajo, que haces aquí huevón- dijo en voz baja casi juntando los dientes, su tocayo.
Vine por algo que tú tienes- Iba con lentes oscuros y se le notaba unos moretones
En esos momentos su madre salió y con mucha amabilidad los invitó a pasar a la salita de su casa
-iré por unos refrescos-
-má ..le cortó Max- no es una visita de amigos, es mejor que  vaya a la tienda por unos emparedados- y lo dijo confundiendo a todos
Se había dado cuenta que el oficial llevaba una arma en la chaqueta y que lo mostraba descaradamente
Una vez que su madre se hubiera marchado…
-sabes muchacho me agradas, eres bien pendejo, y eso vale para mí-
Lo dijo con una amplia sonrisa mientras se le acercaba, tomándose de la barbilla
Max se recostó  más sus espaldas hacia el sofá y luego en un tono de amabilidad le tendió la mano
Esto extraño al policía que en un segundo lo apuntaba con el arma
-¿no más huevadas entendido?- aquí soy la autoridad y si no me entregas esa libreta te mueres aquí mismo
Se le veía decidido a todo y esto alertó a Max quien levantó las manos
-ok-brother ok, no quiero escándalos…te la traigo en unos minutos, ahora toma asiento que mi madre está por llegar
Cuando su mamá llegó el oficial se había marchado y Max se disponía a salir. Le dio un beso en la mejilla y se marchó
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Estalló en ira al darse cuenta del engaño. No podía creer que allí en su teléfono  los mensajes decían bien claro. Te mando saludos mi estimado Max Segovia, un amigo que te extraña.
Así era Max nuestro amigo el obrero, que en realidad se llamaba Máximo había contactado con uno de los clientes del oficial y le había dicho que quería sus servicios.
Cómo un teléfono de trabajo policial podía recibir esos mensajes
¿Y cómo logró descubrir el número de celular suyo?
Ley di retrocedió casi instantáneamente al verlo furioso.
Sólo recordaba que Máximo le hacía el amor con frenesí y que al ir al baño un rato lo hallo muy tranquilo, viendo sus mensajes en su teléfono
La tomó del brazo y le pidió explicaciones, pero ella permaneció callada
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Para Max no era extraño descubrir que un policía estaba en malos pasos, por lo general había oído que muchos se meten hacer sus cochinaditas con tipos de doble vida, y ahora allí el tal Max Segovia, el apuesto oficial, como le decía su madre, no era la excepción. El macho de la estación policial, de la inspectoría estaba enredado en negocios turbios.
Leydi de seguro era su contacto principal para ocultar sus preferencias. ¿Y su esposa dónde estaba? ¿Que hacía para no darse cuenta?. Por su parte el no era casado y menos tenía novia, y muchas veces le habían puesto en tela de juicio su virilidad pero con su carácter tan hostil los había puesto en su lugar a todos.
-Necesito verte- le dijo a través del celular aquella curvilínea jovencita
-Mira amorcito, yo no estoy disponible, ya tuviste tu premio, y eso basta-le contestó con cinismo Max
-Además no soy delivery para con una llamada correr a tus brazos, la pasé bien contigo, pero hasta queda la cosa-
-Mira idiota, tu estás en mi poder, así que te vienes ahora mismo o tu “honorable” apellido estará en boca de todos-y colgó rápidamente
Allí en el departamento el oficial le daba un beso en la mejilla con satisfacción. Aquél vídeo estaba proyectándose en la tv de 42 pulgadas ante la vista ávida de los dos amantes

Max no sabía a qué se refería que el se hallaba en su poder, pero no le hizo caso.
Cap3
Cuando tocaron ala puerta de la casa de Max insistentemente, este casi malhumorado salió a la calle
Su vecina le entregó el bendito vídeo con una seriedad extrema. Se equivocaron de casa y me lo dejaron a mí. Mi hijo Edú lo recibió ayer por la noche. Es mejor que lo veas.
La llamada de Edú fue tardía a su celular, pues lo que veían sus ojos le hacía patear la banca y la silla y voltear la mesa y tirar uno de sus libros.
-malnacidos, así que quieren guerra… ok la tendrán vamos a ver quien gana-se dijo para sí mismo.
Se presento como niño bueno en el departamento de Leydy. Esta lo besó apasionadamente y luego le dio un golpe bajo que lo dejó tendido en la alfombra retorciéndose de dolor. De esto se aprovecho el oficial para entrar con un compinche a la escena listo para darle su merecido.
Ya lo iban a hacer cuando el timbre de la puerta sonó sin descanso.
El oficial salió a ver y se encontró con…
-¿Mierda que haces tú aquí?
-¿Cómo qué hago?, tú me citaste a este lugar- me enviaste un mensaje urgente, me dijeron que estabas en problemas, abajo está el apoyo, vamos cholo no te preocupes y lo abrazó.
El oficial juntó los dientes casi a punto de explotar. El bendito Máximo había ganado otra vez
Salieron como buenos amigos ante la mirada atenta de sus subalternos. No podía decir nada. Estaba visto que la coartada de su tocayo era perfecta.
-Bueno Mayor Segovia, yo tengo que hacer algunas cosas no se preocupe que va bien resguardado-
-ok  mi estimado Max Miranda, ¿-no es ése tu nombre?
No lo pudo negar ante la evidencia que su colega el teniente Ríos del valle, el rescatista, había conseguido averiguar
-Ese tipo es una dinamita andando, me lo tienes que mandar uno de estos días- le dijo con sarcasmo el teniente guiñándolo un ojo

-No creo que sea posible, ya está pedido por alguien superior a su grado- le contestó sonriente, mientras abordaba su auto.